Ciudad Testigo



Este es el resultado de la experiencia de fotografiar Santiago junto a 2 compañeros más, captando las cicatrices de una ciudad que es testigo de la vida que se desarrolla en ella, y que deja una huella puesta en su anatomía, actuando como soporte de la escritura de los hechos comunes que ella no olvida.

Una ciudad con cuento


-“Edmundo anda por allá”
-“Quién?

- El de Amor ciego! en la ciudad del Amor

Que desvirtuada está la imagen de la Torre Eiffel, ella nació para ser el “Faro de la modernidad” y no una simbolización del romanticismo. Palabras de Súper Emilio Marín que inducen a pensar en los conceptos asociados a muchas ciudades que adoptan temáticas específicas que construyen su identidad.
Diversos son los conceptos, menos glamorosos, que vemos en nuestro propio país. Por ejemplo Viña del Mar, la llamada “Ciudad Jardín” o Valdivia, que por mucho tiempo se denominó “La ciudad de los Ríos” y qué más tarde consiguió independizarse como “La Región de Los Ríos”, su título máximo.

Pero, ¿qué podría explicarnos en palabras simples qué es lo que ocurre con estos lugares?
¿Qué hace que el inconciente colectivo los asocie con conceptos específicos, que se instalan en los códigos Legisignicos Argumentísticos de la mente de las personas? (según la triada de nuestro querido Peirce).
Nada más que la propia aprehensión de la misma ciudad.
Dice Rapoport que la ciudad es una forma de comunicación no verbal, hay que convertirse en vividor de la ciudad.
En este caso por ejemplo, no es lo mismo recorrer un mismo camino a diario y descubrir algo nuevo todos los días, a pasar por ese trayecto por inercia, transformándolo en monótono y sin alma. Por ello el concepto de vividor de la ciudad va otorgando visiones y al mismo tiempo generando esencias o un llamado “cuento” en los diversos sitios, que más que una definición de lugar, poseen una referencia a lo funcional, para que alguna actividad se realice en ellos.

Lo que define a un sitio, Noeberg-Schulz lo llama “espacio existencial”, lugar en que se importa más la relación vivencial que residencial. Retomando el ejemplo de la ciudad de París y su Torre del romance, las diversas ópticas populares plasmadas también en el inconciente por medio de expresiones artísticas , han ido construyendo en torno a la Ciudad Luz una fantasía que le otorga valor agregado a los recorridos y a los espectaculares monumentos , ciudades con algo más que contar, vivir e imaginar. Y si es con referencia al Amor, se complementa mejor con el alma y la sensibilidad del hombre contemporáneo que con el concepto de “Modernidad”.

(los diálogos se ajustan a la capacidad de retención de la autora)